Conservar una salud de hierro es mucho más sencillo de lo que parece. No requiere ni de mucho esfuerzo por nuestra parte ni tampoco de muchos conocimientos. 

   En esencia, mantener una buena salud se reduce a tres pilares fundamentales cuyo control está al alcance de cualquiera de nosotros: una alimentación sana y equilibrada, una rutina de vida activa y el seguimiento periódico de parámetros analíticos simples. 

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   Sobre alimentación sana y estilos de vida saludables ya os hablaremos, en detalle, en otro momento. Hoy, para empezar nos vamos a dedicar al conocimiento de las patologías crónicas más comunes y de sus complicaciones. Seguiremos con los valores análiticos de control y seguimiento de las mismas y de la frecuencia con la que tendríamos que medirlos. Y terminaremos con unas breves recomendaciones sobre enfermedades prevalentes y las medidas dietéticas a adoptar en cada caso. 

¿Cuáles son las patologías crónicas más comunes?

    En el mundo occidental  las patologías crónicas más comunes se deben, sobretodo,  a estilos de vida incorrectos que, como ya hemos mencionado anteriormente, implican hábitos alimenticios nada sanos y poca o nula actividad física.  

    En la mayoría de este tipo de patologías, una vez instauradas como tal, ya no es posible revertir la situación al estado de salud inicial. Por fortuna, existe gran variedad de tratamientos que nos permiten convivir con ellas de manera que no perjudiquen significativamente nuestra calidad de vida. 

«LAS PATOLOGÍAS CRÓNICAS MÁS COMUNES SE DEBEN A HÁBITOS ALIMENTICIOS INCORRECTOS Y A ESTILOS DE VIDA POCO SALUDABLES»

   Además, y gracias a los avances análiticos, las patologías que nombraremos a continuación, ya se han convertido en procesos en los que, hoy por hoy,  se puede controlar fácilmente su evolución y pronóstico con determinaciones análiticas básicas que nos ayudan a instaurar y ajustar los tratamientos más adecuados para ellas. 

   Las patologías crónicas más comunes son:

  • Enfermedades cardiovasculares. Afectan tanto al corazón como a los vasos sanguíneos por los que discurre la sangre. 
  • Diabetes. Patología relacionada con el incorrecto metabolismo de la glucosa que circula en nuestra sangre y que procede de los alimentos que ingerimos. (Más información en este dossier)
  • Hipertensión. Valores de presión de nuestra sangre más elevados de lo normal. 
  • Obesidad. Proceso patológico por el que el peso de nuestro organismo es sensiblemente superior al ideal y en comparación con el tamaño de nuestro cuerpo. 
  • Gota o hiperuricemia. Niveles elevados de ácido úrico en sangre y acumulación del mismo en los diferentes órganos y estructuras de nuestro cuerpo.
  • Nefropatías y hepatopatías. Procesos patológicos diversos por los cuales, ni los riñones ni el hígado, respectivamente, realizan correctamente sus funciones vitales. (Más información sobre alteraciones hepáticas)

   Muchas de estas patologías presentan síntomas muy reconocibles, que cualquier profesional sanitario como los farmacéuticos puede identificar fácilmente y contribuir, con ello, al diagnóstico precoz las mismas.

   De no ser así, estos procesos patológicos podrían permanecer indetectables por mucho tiempo en pacientes como vosotros y comprometer el pronóstico y la aparición de complicaciones una vez detectados. 

   Así, por ejemplo, es relativamente fácil asociar síntomas como la excesiva sed o los dolores de cabeza frecuentes a patologías como la diabetes y la hipertensión, respectivamente. 

«MUCHAS DE ESTA PATOLOGÍAS PRESENTAN SÍNTOMAS MUY RECONOCIBLES QUE CUALQUIER SANITARIO PUEDE IDENTIFICAR»

   En otros casos, se hace necesario realizar determinaciones analiticas sencillas, posibles de llevar a cabo en las farmacias que presenten la tecnología adecuada, para relacionar  ciertos síntomas con algunas de las patologías referidas. 

   Concretamente, y por mencionar un caso real del que nos sentimos muy orgullosos, en farmacias como la nuestra, donde poseemos el autoanalizador Cobas 101, hemos tenido la posibilidad de contribuir al diagnóstico de un caso de claudicación intermitente gracias a la previa realización de un perfil lipídico que nos sirvió para asociar un síntoma, como es el dolor en una pierna al caminar, con esta patología.  

¡No es genial!

¿Qué ocurre si te olvidas del control de estas patologías?

   En las patologías crónicas es de vital necesidad, cuanto antes,  tomar el control de las mismas y empezar a adoptar las medidas necesarias para ponerles remedio y prevenir las nefastas consecuencias que, a largo plazo, podrían tener en nuestra calidad de vida si nos olvidamos por completo de ellas. 

   No se trata de ser agoreros, pero las patologías anteriormente mencionadas pueden desembocar en situaciones muy pero que muy preocupantes, como la ceguera o la amputación de extremidades, si no se aprende a controlarlas y a conocerlas en detalle. 

«LAS PATOLOGÍAS CRÓNICAS REQUIEREN MEDIDAS INMEDIATAS PARA PONERLES REMEDIO Y EVITAR LAS CONSECUENCIAS DE LAS COMPLICACIONES» 

   Por ello, y tan sólo con la finalidad de crear conciencia sobre los efectos que podría tener en nuestras vidas un mal control de las mismas, vamos a mencionar a continuación algunas de la complicaciones más frecuentes asociadas a casos de falta de seguimiento por parte de los pacientes.  

Complicaciones frecuentes 

   *Enfermedades Cardiovasculares: Este tipo de enfermedades constituyen la primera causa de muerte en España por lo que sus complicaciones no son para nada despreciables. Las más frecuentes son el ictus (infarto cerebral), el infarto de miocardio (infarto al corazón) y la angina de pecho (amago de infarto). 

   *Diabetes: La diabetes es un “enemigo silencioso”. A diferencia de las enfermedades cardiovasculares (ECV) que sí que pueden causar una muerte repentina e inesperada en poco tiempo, en el caso de la diabetes no suele ser así, salvo en aquellos casos donde el paciente permanece sin diagnóstico durante mucho tiempo. 

   La diabetes es una de las enfermedades crónicas que más puede afectar a la calidad de vida de los pacientes que la sufren si no llevan un tratamiento y control adecuado. Así, las complicaciones más destacables, de entre las muchas asociadas a esta patología, son la ceguera, la amputación de extremidades, las afecciones cardíacas, la insuficiencia renal y la demencia. 

   *Hipertensión: Los daños provocados por valores elevados de la presión arterial están directamente relacionados con las enfermedades cardiovasculares y por ello, la hipertensión es uno de los principales factores de este tipo de patologías. Pero las consecuencias de tener la tensión alta no solo puede derivar en ECV sino que también se puede traducir en daños a nivel de las arterias, los riñones, la vista y la propia capacidad sexsual. 

   *Obesidad: La obesidad es considerada una de las nuevas pandemias mundiales en países como los Estados Unidos de América. Sus consecuencias pueden ser tan variadas que pueden ir desde problemas cardiovasculares, endocrinos o gastrointestinales hasta afecciones respiratorias, neurológicas y ortopédicas. 

   *Hiperuricemia o gota: Aunque en un porcentaje de pacientes concreto la elevación de los niveles de ácido úrico en sangre pueden pasar desapercibido (asintomático) y no constituir un problema real a priori, la hiperuricemia es un estado patológico que no hemos de descuidar porque puede tener consecuencias importantes, sobre todo, a nivel de la función renal, articular y cardiaca. 

   *Nefro y Hepatopatías. Aunque, tanto el hígado como los riñones son órganos susceptibles de trasplante en los casos más severos, hemos de tener en cuenta que son indispensables para el correcto metabolismo y desintoxicación de nuestro organismo, respectivamente. Su correcto funcionamiento es primordial para evitar llegar a casos de cirrosis (muerte del tejido hepático) o diálisis. Por ello es fundamental controlar y monitorizar de forma periódica los valores que determinan un correcto funcionamiento de los mismos y que podemos conocer con un simple análisis. 

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¿Qué valores análiticos tengo que conocer?  

   Antes de hablar de los valores análiticos más importantes que deberíamos vigilar para controlar o prevenir cada una de estas patologías, hemos de decir que lo más importante, y sobre todo en casos ya diagnosticados,  es ponernos, cuanto antes, en manos del especialista en cuestión, de manera que se haga un estudio en profundidad de nuestro caso y se adopten tanto el tratamiento como las medidas higiénico-dietéticas más adecuadas. 

   Adicionalmente a este control facultativo nunca está de más, y es una de nuestras recomendaciones tanto para controlar cómo prevenir,  que conozcamos bien la enfermedad. Con ello, no sólo nos referimos al problema en sí y a cómo evitarlo, sino también a todos aquellos parámetros que podrían sernos útiles para conocer su evolución y a cómo influir positivamente en ellos.  

   Referente a estos dos últimos aspectos, hemos de decir que puedes encontrar gran ayuda tanto a través de las diferentes asociaciones de enfermos locales como en las propias farmacias de tu zona que posean formación al respecto y, además,  los medios técnicos adecuados para determinar con exactitud valores analíticos básicos como los que te vamos a mencionar y explicar a continuación. †

«ANTE UN DIAGNÓSTICO LO MÁS IMPORTANTE ES PONERNOS EN MANOS DE ESPECIALISTAS PARA INICIAR PRONTO EL TRATAMIENTO Y CONTROL» 

   También es importante asimilar que cualquier parámetro analítico, que a priori pareciese exclusivo de una enfermedad en cuestión, puede tener su influencia, e incluso, ser el origen de otras patologías relacionadas, por lo que, al valorarlos, siempre hemos de hacer una consideración integral de sus efectos sobre nuestra salud. 

Valores analiticos de control de las enfermedades crónicas

  > Enfermedades Cardiovasculares

En este tipo de enfermedades son múltiples los valores biológicos y análiticos que deberíamos controlar con regularidad, y que nos dan una visión global del estado del sistema cardiovascular. De entre todos ellos, nosotros consideramos que los más importantes son: 

  • El Perfil Lipídico: Colesterol total, HDL (colesterol bueno), LDL (colesterol malo) y los Triglicéridos (grasas de la comida)
  •  La tensión arterial (presión que la sangre ejerce sobre las estructuras que recorre)

>Diabetes 

Los diabéticos son pacientes en los que es muy importante controlar, sobre todo, los valores de Glucemia (concentración de “azúcar” en la sangre) y de Hemoglobina Glicosilada Hb1AC (parámetro que nos informa sobre los niveles medios de glucemia durante los últimos 3 meses). †

Estos valores, en el diabético,  nos permiten conocer posibles alteraciones del metabolismo de los azúcares procedentes de la dieta así como alteraciones en la propia acción de la insulina, incumplimientos terapéuticos e incluso futuras complicaciones. 

>Hipertensión 

En este caso, una simple medición en la farmacia de los valores de presión arterial sistólica (TAS o “la máxima”) y diastólica (TAD o “la mínima”) pueden ser más que suficientes para prevenir ECVs e influir en ajustes, tanto cualitativos como cuantitativos, del tratamiento a seguir.

>Hiperuriciemia o gota 

En los pacientes de gota, donde el dolor articular en los pies es el síntoma más característico,  el valor analítico más importante a controlar, y fácil de conseguir en una farmacia, es el del ácido úrico. 

>Nefropatías (pacientes con problemas en la función de los riñones)

Aquí, el parámetro más significativo de una función renal adecuada y que también se puede medir en dispositivos analizadores presentes en farmacia, es el valor de Creatinina. 

            La valoración de este parámetro no siempre es significativa de insuficiencia renal ya que tambíen puede estar alto en personas con dietas donde abunden las proteínas o en pacientes con frecuentes infecciones de orina que no respondan bien a los antibióticos. 

«LOS PARÁMETROS ANALITÍCOS MÁS COMUNES SON LA GLUCEMIA, HEMOGLOBINA GLICOSILADA, EL PERFIL LIPÍDICO, EL ÁCIDO ÚRICO Y LA CREATININA»

Conocer los valores análiticos que acabamos de mencionar y saber cómo influir sobre ellos, no sólo es útil para el control y seguimiento de las patologías referidas sino que también son de gran utilidad, por ejemplo,  en personas que quieran mejorar sus hábitos alimenticios por problemas de peso, personas que decidan iniciarse en alguna actividad deportiva, personas con antecedentes familiares, fumadores o con disfunciones sexuales, pacientes en diferentes programas de deshabituación, e incluso, como valoración en pacientes con tratamientos farmacológicos de larga duración. 

Para terminar con este punto, os vamos a mostrar, en el siguiente gráfico cuáles son los valores normales de todas estas determinaciones y cuáles serían los resultados que habrían de considerarse como de especial atención medica. 

¿Con qué frecuencia tengo que medir estos valores?

   La frecuencia con la tendrías que medir los diferentes valores analíticos, para conseguir un adecuado control, depende de la propia patología y de la situación específica del paciente.  

   Además, también dependerá de la facilidad de acceso que tengas a las tecnologías adecuadas para valorar, de forma ambulatoria, ciertos parámetros ya que, a excepción de en los grandes laboratorios de análisis clínicos,  donde las posibilidades analíticas son muy diversas, si que es verdad que en establecimientos sanitarios más pequeños, como es el caso de las farmacias, no siempre es posible encontrar los medios técnicos adecuados para medir todos y cada uno de los valores relacionados. 

   Sólo en algunas farmacias, como la nuestra, podras encontrar autoanalizadores de última generación, como el Cobas 101, con los que conocer, con una simple punción en el dedo, los valores de Hemoglobina Glicosilada y Perfil Lipídico que te sirvan para controlar patologías como la diabetes y muchas otras de naturaleza cardiovascular. 

«SERVICIOS ANALÍTICOS COMO COBAS 101 PERMITEN CONOCER, CON UNA GOTA DE SANGRE, VALORES ÚTILES PARA EL CONTROL DE LA DIABETES O LAS ECV»

   Así, y ciñéndonos exclusivamente a estas dos determinaciones, la frecuencia de medición o screening que os recomendamos es la siguiente: †

*Hemoglobina Glicosilada (Hb1Ac)

    Al menos 1 vez al año en pacientes pre-diabéticos

    Al menos 2 veces al año en pacientes diabéticos diagnosticados      

      Cada 3 meses hasta conseguir el objetivo en diabéticos con cambios de tratamiento.

*Perfil Lipídico

      Cada 1-2 años en personas sanas sin factores de riesgo cardiovascular (FRCV)

      Anualmente en mayores de 65 con o sin FRCV y a los 6 semanas tras inicio de terapia. 

      Cada 6 o 12 meses en pacientes controlados y que responden bien a la terapia. 

    Aquí finalizamos con la información básica sobre las patologías crónicas más comunes en la población, sus consecuencias, los valores analíticos para el control de las mismas y su frecuencia de seguimiento. 

     Pero eso no es todo lo que habría que saber para ponerles freno y conservar un estado de salud envidiable. 

     Como ya hemos mencionado, adoptar las medidas higiénico-dietéticas adecuadas también es de gran importancia a la hora de la prevención y el tratamiento. 

     Si quieres conocerlas en detalle, puedes ampliar más información en este enlace

*Nota: Para visualizar esta ampliación introduce la contraseña: ampliar

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